PEDRO MAIRAL
Buenos Aires (1970)
Es la primera foto en donde yo siento que tenía alma. Me gustaba estar solo y alguien de mi familia me cazó tocando la guitarra en la galería, en el campo en Entre Ríos. Me gusta la foto porque siento que yo ahí ya tenía la intuición de que quería hacer algo artístico o expresivo. En esa época yo tocaba la guitarra. La dejé poco tiempo después de esta foto y la retomé ahora, 30 años después, por eso, para mí, esta imagen es como un círculo.
“Me gusta la palabra vocación, porque tiene que ver con el llamado. Escribir es una vocación, una pulsión, algo que me tira hacia adelante y cuando no lo hago me siento muy mal”
Recuerdo una tarde en la Biblioteca, leyendo algo de Camus, donde hablaba de una antorcha que se pasa con el lenguaje, entonces, vos recibís algo y a la vez lo das. Tengo el recuerdo de haber tenido la intuición de querer cultivar esto de las palabras. Me empezaba a dar cuenta de que me estaba saliendo bien. Escribía poemas y cosas bastante embrionarias, pero yo sentía que mi persona crecía dentro de eso. Empecé a atar todos mis cabos sueltos con la literatura. Mis confusiones encontraban un espacio ahí donde suceder y ser. Hoy me siento escritor más que nada cuando escribo, después estoy haciendo mil otros roles que tengo que desempeñar. En realidad, es una decisión que vas tomando todos los días. Simplemente, es, todos los días proponerse ir en esa dirección. Cuando escribo encuentro un orden en el caos y siento que brindo un tributo… esa antorcha de la que hablaba Camus… devolviendo algo que me fue dado. Algo así.