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Paseros y changarines
FOTOGRAFÍAS DE PABLO JOSÉ REY
Dignidad al margen

Decenas de hombres, jóvenes y casi niños esperan. Agrupados esperan. Algunos pocos contratistas, esperan. Desde muy temprano van llegando, lentamente todo va cobrando vida, alrededores plagados de galpones y comercios abren sus puertas y empieza el incesante tránsito de personas. Hacen embudo sobre la calle que lleva a la pasarela. Allá en el fondo gendarmes y aduaneros, esperan.

Vecinos argentinos y paraguayos hacen su compra diaria en un ida y vuelta sin parar. Carne, fruta, vino, lo que la diferencia del cambio monetario recomiende comprar.  Y mientras tanto, aquellos cuerpos prestos, no saben si tendrán la dicha de yugar. Alguien hace señas. Se acabó el letargo, llegó una carga para pasar.  Se agrupan los paquetes, se apilan las bolsas, se arquea el lomo y entre dos echan la suerte sobre los hombros del pasero, que ya salió mitigando con velocidad el excesivo peso y la contradictoria alegría de poder trabajar. En la imaginaria frontera desaceleran y siguen, hacen uso del cupo individual. Allá está, Pasarela La Fraternidad, unos cuantos metros y vuelta a empezar. La juventud paga, la resistencia paga, se paga por cantidad. Familias enteras, con tradición de paseros nos recuerdan que no es nueva la actividad. Sin derechos, sin certezas, cada día, la espera de un trabajo los vuelve a hermanar.

Pablo José Rey
Asociación Civil Rumbo Sur

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