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En 1941 se fundó el Fahy Club donde participé desde los dieciocho años hasta el día de hoy, ocupando distintos puestos. Más tarde me tocó desempeñarme como administrador del periódico de la comunidad, The Southern Cross.

Mi relación con la comunidad irlandesa viene de la cuna, ya que mis padres fueron descendientes directos siendo sus apellidos Delaney, Conlon, Kearney, O´Rourke, Dillon, Murphy, Duffy, Tracey, etc. Nací en la Estancia “San Juan”, de la localidad de General Pinto, cuyo dueño era Bernardo Duggan, también irlandés, y con vecinos como los Ford, Ledwith, Quaine, Reilly, Mackenna y otros, por eso mi cuna fue rodeada de gente de la comunidad irlandesa de la que me siento orgulloso.

A los nueve años fui al Instituto Fahy, en Capilla del Señor, como pupilo durante tres años para luego completar la primaria en el Instituto Fahy Farm, en Moreno. Estos dos colegios eran dirigidos por la Asociación Señoras de San José. La educación y administración del Instituto Fahy de Capilla del Señor estaba a cargo de las Hijas de la Misericordia, siendo en mis tiempos Superiora la Hermana Teresita Dunphy; como celadoras y maestras había apellidos como Delaney (Brigid), Reddy y Fox. Para el Fahy de Moreno, habían sido dirigentes los sacerdotes Martin, Gormally y Dwan, nativos de Irlanda. Completé un período de siete años: tres en Capilla y cuatro en Moreno.

Integré una familia numerosa: nueve hermanos, cinco mujeres y cuatro varones. Mi primer empleo fue en una firma inglesa: David Hogg, en 1945, dueña del City Hotel. Ya trabajaban ahí exalumnos del Fahy: José Sande Cunningham, Patricio Cleary, Pepe MacDermott, Anselmo Burke, José Ryan, Santiago Dunne… La vida me fue llevando por otras compañías, todas de origen americano, aprovechando mi experiencia aquilatada en el Fahy y en la UCA, donde estudié cuatro años ya de adolescente mayor.

Para amenizar nuestros mediodías y after-office, nos juntábamos en restaurantes y bares porteños como el “Criterion”, de la calle Reconquista, o el “Bidou”, de Diagonal Norte.

En 1941 se fundó el Fahy Club donde participé desde los dieciocho años hasta el día de hoy, ocupando distintos puestos. Más tarde me tocó desempeñarme como administrador del periódico de la comunidad, The Southern Cross. Estuve allí unos diez años. Soy también socio vitalicio del Hurling Club, donde acudía en mi juventud, ahora solo frecuento ocasionalmente debido a razones de tiempo y edad.

Orgulloso del origen de mis antepasados, pienso que he hecho méritos suficientes para ser considerado nieto de Irlanda, país que tuve el honor de visitar tres veces.

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