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El grupo en donde bailo se llama Eire, que significa “Irlanda” en idioma irlandés. Además de ser un conjunto de baile tradicional irlandés, somos un grupo de amigas muy unido, la pasamos bien en cada presentación, es una actividad placentera.

Los irlandeses vienen por el lado de mi papá. En su casa hablaban inglés pero no había muchas tradiciones con respecto a la cultura irlandesa. No conocí a mi abuelo. A mi abuela sí, ella era muy seria y estricta. Se había casado con mi abuelo que jugaba al polo, y vivían en el campo en la provincia de Santa Fe hasta que mi papá tuvo siete años, y se mudaron a la ciudad de Buenos Aires. En Irlanda hay una fuerte tradición ligada al caballo, diría que esto fue lo mas cercano a la cultura irlandesa que tuvimos en la familia.

A mí no me criaron con la tradición irlandesa, por el contrario, tuve una crianza bien argentina. De chica leí algo de literatura irlandesa, Dubliners, pero no mucho más.

Un suceso importante en mi vida es el baile. Empecé a hacer danzas irlandesas en el año 2007. Mi tía me llevó a una fiesta que organizaban las damas de San José para recaudar fondos. Me pareció raro y lindo a la vez ver gente joven bailando irlandés y al poco tiempo empecé a tomar clases. Me llamó la atención que no movían los brazos, pero cuenta la leyenda que la danza irlandesa se bailaba siempre con los brazos bajos para que los ingleses, que los tenían reprimidos, no se dieran cuenta de que estaban bailando.

El grupo en donde bailo se llama Eire, que significa “Irlanda” en idioma irlandés. Además de ser un conjunto de baile tradicional irlandés, somos un grupo de amigas muy unido, la pasamos bien en cada presentación, es una actividad placentera. Es algo que me alegra el espíritu, con su música, y la energía del baile.

Dentro de la colectividad irlandesa se hacen varios eventos, por ejemplo las “Irish Nights” en el Club Fahy, en donde hay bailes tradicionales irlandeses y música en vivo. Es lindo llegar a un ensayo o a una de estas fiestas, y notar el contraste que hay entre la calle y este “submundo”.

Las dos veces que fui a Europa pasé por Irlanda con una cierta nostalgia difícil de explicar al no haberlo mamado de chica. Haberme introducido en las artes irlandesas me generó una conexión con mis raíces que no tenía, pero disfruto de haberla encontrado.

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