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Fue el primer agrupamiento multidisciplinario de jóvenes artistas de La Boca, unidos por el barrio, su condición social y su mirada del mundo.  En 1919 el mítico Caserón Cichero fue sede de reuniones, atelier y  hasta vivienda de alguno de ellos.

La integraron Juan A. Chiozza, Juan Del Prete, Adolfo Montero, José Luis Menghi, Juan Giordano, Roberto Pallas Pensado y el escultor Orlando Stagnaro, hermano menor de Santiago. También formaron parte Adolfo Guastavino, José Parodi, Víctor Cúnsolo, Juan Borgatello, Víctor Pissarrro, Mario Cecconi, Salvador Calí, entre otros.

Si bien la experiencia no va mucho más allá de 1923, su breve existencia es un hito en el arte boquense. Allí circularon pintores, escultores, grabadores, músicos, gente de letras, abiertos al intercambio de ideas y ávidos por aprender.

Calle Magallanes” oleo de Víctor Cúnsolo. Museo de Bellas Artes.

Artistas que eran parte indivisa del lugar donde trabajaban, de la realidad que vivían. El bermellón fue antecedente necesario para futuras agrupaciones.

En 1921, algunos artistas se abren del espacio y se agrupan en El Gato Negro de Gaboto y Pedro de Mendoza. Guillermo Facio Hebecquer que también frecuentaba El bermellón, ya reunía en su estudio de Parque Patricios con el Grupo de los cinco.

En una entrevista a José Luis Menghi —de extracción obrera, trabajó como herrero en el taller familiar en La Boca durante más de 30 años—  decía en referencia al Grupo de los cinco y a sus pares: “Ellos estaban más claramente en una línea de plástica social y nosotros, al fin y al cabo, también. Eramos obreros y no podíamos estar en otra cosa.”

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