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Mario
Las continuas inundaciones fueron lo que más padecí de este barrio

“Allá por el año 71 tuve la oportunidad de comprar este departamento con el dinero que tenía. En otros barrios no me alcanzaba para una casa así. Vivir acá me acercaba a mi trabajo en el ferrocarril de Lacroze y Corrientes y podía ir caminando. Eso era todo lo que necesitaba saber para instalarme en este lugar”

Antes de mudarse Mario no conocía mucho acerca de Villa Crespo. Solo sabía que se inundaba seguido sin sospechar que un día le iba a tocar a él sacar un metro y medio de agua de adentro de su casa. Hoy, en esa misma vivienda, Mario recuerda como era el barrio a su llegada, mientras que por encima de su cabeza todavía pueden apreciarse las marcas en la pared de aquella tremenda inundación.

“Las continuas inundaciones fueron lo que más padecí de este barrio. Hoy por suerte este tema ya está resuelto y con el arroyo Maldonado completamente entubado ya no se inunda más. Dejando esto de lado, Villa Crespo y toda su gente siempre me gustaron. Gente de laburo, gente de toda la vida, y algo de gente nueva que no era de la colectividad. Eso era para mí el Villa Crespo del 70. Esta casa era de Matarazzo, el de los fideos, y era un ejemplo de la presencia italiana en el barrio. Y después, claro, los españoles, los judíos y los árabes eran las otras comunidades fuertes. Ese Villa Crespo que yo conocí apenas me mudé tenía una presencia judía más reconocible y era mucho más estricto religiosamente hablando. Hoy por ejemplo hay mucha diversidad dentro del catolicismo y eso en mi época no existía o por lo menos no lo veías. Hoy acá en el barrio tenés iglesias evangelistas, testigos de Jehová, adventistas. Hay también nuevas inmigraciones: chinos, bolivianos, venezolanos, colombianos. Que además se instalaron comercialmente en el barrio. Los chinos están en los almacenes, los bolivianos en las verdulerías y los colombianos y venezolanos en los kioscos, esa es una diferencia muy grande de mi época, donde esos comercios eran de los tanos, de los turcos y de los españoles. Otra característica muy notoria, es que en mi época los locales estaban manejados o atendidos casi en exclusividad por los hombres del barrio. Hoy en cambio las mujeres están mucho más presente en los comercios. Esto tuvo que ver con los cambios a nivel socio económico que fueron transformando la sociedad en general y no solo con cómo se desarrolló Villa Crespo. Los 90 por ejemplo fueron una debacle para muchos. Los trenes se cayeron a pedazos y mi trabajo en el ferrocarril se vino a pique.  Vagones sin vidrios en la ventana, los cartoneros, el tren blanco. Todo se deterioró. La estación del barrio, la de Dorrego, es hoy uno de los puntos de reunión de los cartoneros para subir al tren, y ese nuevo paisaje se volvió habitual para este barrio y para muchos otros barrio que cuentan con la presencia del ferrocarril.

Con los años me jubile y mi vínculo con Villa Crespo se redujo a mi radio más cercano ya que dejé de atravesar el barrio para ir a la estación de tren. Sigo yendo a la misma farmacia. Voy a la misma panadería y al mismo supermercado, me fui quedando con los que frecuento día a día, con los de siempre, con los de toda la vida.”

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