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Dany / Angelito
están los de siempre, sin horario: los de Atlanta

Dany Suarez llegó de Misiones con 21 años a trabajar a Villa Crespo, y se quedó. Trabajaba en la histórica pizzería El Imperio de Canning y Corrientes desde el año 1988.  Cuando la Pizzería cierra y cambia de dueño, Dany, Junto con cinco compañeros de trabajo, se instalan sobre la calle Camargo y dan inicio al querido Angelito, un lugar muy frecuentado por los vecinos del barrio.

“Este era un lugar pequeño, abandonado. Pensábamos que iba a ser por unos días, o solo para hacer delivery, pero empezó a venir tanta gente que tuvimos que comprar mesas, sillas, y acá estamos todavía hoy. Me acuerdo que ya en los últimos años del Imperio había empezado el furor del delivery. Todos pedían por teléfono. Antes no existía eso. Quisimos tener la misma línea telefónica pero no nos dejaron. Entonces arrancamos con una línea nueva y después tuvimos que poner otra porque no dábamos abasto con un solo número de teléfono. El lugar explotó hasta ser lo que es hoy. Yo trabajaba a la mañana, a la tarde, a la noche. Cambiando horarios. Vivía a media cuadra. Éramos pocos trabajando. Después me fui a vivir a Villa del Parque, hasta que me compré una casita en Lanús, pero nunca se me pasó por la cabeza cambiar de laburo. Un poco por amor al barrio y otro poco porque siempre me fue fácil llegar. Esa es la gran ventaja de Villa Crespo. La ubicación que tiene. Recuerdo otro grupo de muchachos del Imperio que también abrió una pizzería en Corrientes y Acevedo que les duro poco, 3 años y cerraron. Y había otro grupo más que abrieron en Scalabrini Ortiz al 100 que estuvieron 5 o 6 años y también cerraron. El barrio cambia, muchos locales abren y cierran o cambian de dueño, es una zona con mucho movimiento. Pero si te sostenes en el tiempo, el público del barrio es siempre fiel. Es difícil igual, porque este es un barrio muy gastronómico, hay muchos lugares para comer, un montón de pizzerías, negocios de comida judía, armenia, árabe, y varías panaderías. Hoy además también tenés locales de comida que antes no existían, como dietéticas, casas de comida vegetariana, o china, o comida por peso, sumado a los clásicos bares y restaurantes del barrio de toda la vida. El vecino de Crespo tiene muchas opciones para elegir a la hora de ir a comer, igualmente llegan muchos que no son vecinos también, en especial al mediodía, porque este es un barrio al que ingresa mucha gente a trabajar. De hecho, hay dos públicos bien diferenciados: al mediodía gente más grande que viene del trabajo, y a la noche gente joven que viene de estudiar o jugara la futbol, o hacen la previa para salir. Antes era un poco más familiar, pero hoy la noche quedó reservada para los jóvenes y los taxistas. Y por último están los de siempre, sin horario: los de Atlanta, en especial los días de partido, y los paisanos. Viene mucha gente de la colectividad judía, la mayoría te diría. Todos los días, menos en las fiestas, que son esa semana en la que no pueden comer harinas y carne en el mes de octubre. Eso sí, después cuando vuelven, vienen con todo. Se comen todo.”

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