“Un día, en 2004, no podría explicar cómo, caí en Saavedra. En esa época estudiaba y trabajaba en relación de dependencia. Quería formar mi familia y hacer algo mío, un proyecto propio. La conjunción de mis pasiones fue hacer una revista barrial, y salí a la calle a buscar anunciantes.” Al año nació Industria Argentina, a pulmón, con el apoyo de los negocios del barrio. Hoy se distribuye en más de 200 comercios en forma gratuita y lleva más de 70 ediciones. “Cuando empecé con la revista, encontré algo que sólo conocí en Saavedra, y que es el amor del vecino por el barrio. Hay componentes que ayudan. Algo de la nostalgia del tango y de sus letras, tiene una potencia que vibra debajo de las baldosas, y que todos los que caminamos sus calles recordamos, como si El Polaco, Garello o Rivero siguieran vivos. Uno vuelve de cualquier viaje o de cualquier lugar de la ciudad misma y siente una paz al llegar… Es como sentirse abrazado por el barrio, y no sólamente por el barrio, sino por los vecinos. Creo que la calidad de vida y ciertos valores que tienen que ver con la mirada al otro, con el contacto cara a cara, con la comunión y el sentido de pertenencia acá se siguen valorizando. Es por eso, que ante una inundación o una obra, los vecinos salimos disparados a defender el barrio, cada uno desde su lugar. Nos unimos, nos potenciamos y reivindicamos el laburo de vecino. Yo digo que el ‘vecino profesional’ es el que está atento a lo que el otro necesita y acá en Saavedra, eso sucede. Mis dos hijos nacieron acá y no me puedo imaginar su infancia sin el Parque Saavedra. Es un oasis y un punto convergente en donde los chicos son felices.” Soledad no es la primera en mencionar la lomita como un punto de encuentro icónico dentro del parque. “Saavedra es salir a la calle y caminar el empedrado, ver las casas viejas, las plazoletas que están alrededor, la placita de Donado, la plaza Balcarce, la Mackenna, plazas que son corazón y que están ahí, entre toda esa arboleda… Es único. Hay pocos barrios con tanto espacio verde. Conocer Saavedra a fondo, para mí fue un viaje de ida, y he escuchado a muchos vecinos decir lo mismo, porque cuando llegás, no te vas más. Hay algo que te retiene, como un imán.”
Conocer Saavedra a fondo, para mí fue un viaje de ida, y he escuchado a muchos vecinos decir lo mismo, porque cuando llegás, no te vas más.