Jorge es socio del club desde que su padre lo afilió cuando apenas tenía horas de vida, y desde hace 8 años es el presidente. “En el 36 se inauguró el Club Apolo, en el 71 se unió con el Club Saavedra y el Machaín, y así nació el Círculo Apolo Machaín Saavedra. El viejo club ocupaba toda la esquina, a través de los años se achicó, pero salimos adelante. Somos un bastión para el barrio, un lugar para los chicos, las familias. Nos críamos en este club. El Apolo era conocido por sus fiestas de carnaval “8 Bailes 8”. Mi viejo era el primero en llegar y el último en irse. Las mesas eran tablones de madera con familias enteras. Recuerdo un socio que traía un colectivo de la línea 29, nos cargaba a todos y nos llevaba a dar vueltas por Palermo. La niñez, la adolescencia y la juventud fueron hermosas en este club. Ya siendo más grande, me tomaba un vermú con mis amigos. En el 47, una mujer ganó por primera vez en ciclismo barrial en los juegos deportivos que creó Eva Perón. Todavía tenemos la copa, un orgullo. Acá tocaron las mejores orquestas: D’Arienzo, Troilo, Pugliese, Di Sarli y Roberto Goyeneche que vino invitado por una orquesta como ‘un tipo que cantaba lindo y era colectivero de la línea 19’. Tuvimos de vecino casi toda su vida a Edmundo Rivero. No lo querían en las orquestas. Hubo gente que le dijo ‘dedíquese a otra cosa’. Fue Pichuco, Troilo el que un día le dijo ‘¿quiere grabar conmigo? tengo un tango para estrenar’ y le dio Sur. Se grabó acá en Saavedra, en la RCA Víctor, en el 48. El barrio creció mucho en fábricas, estábamos rodeados, acá trabajaba todo el mundo. Teníamos 2 cines. En el Cumbre, en Avenida del Tejar, daban los estrenos y, en el Aesca, daban cine continuado. Siempre estaba lleno. Todo eso se fue perdiendo, con la llegada del shopping, que debe ser muy lindo, no lo discuto… es el progreso. Yo viví toda la vida en la misma casa, acá 2 cuadras. La hicieron mis abuelos italianos en el 23 y ahí nació mi madre. Fue la primera de la cuadra, si la vendiera, vendería mi historia, y así, el barrio deja de ser barrio. Lo emocionante para los que vivimos toda la vida acá es salir y saludarte con la señora que sale a barrer. Yo creo que eso se va a mantener, porque la gente le inculca a sus hijos que se queden y los chicos se quedan. Si querés vivir tranquilo, escuchar los pájaros piar a la mañana, el olor de los tilos y las flores, es Saavedra. Yo no lo cambio por ninguno.”
Si querés vivir tranquilo, escuchar los pájaros piar a la mañana, el olor de los tilos y las flores, el barrio es Saavedra. Yo no lo cambio por ninguno.