Soy diseñador gráfico y fotógrafo. Trabajo, entre otros, con el Indio Solari desde el 2008 formalmente. Ese año cubrí todos los recitales que él hizo, y con esas fotos me llevé la sorpresa de que el hizo un libro. Fue todo un honor para mí, y desde ese año hasta el último show seguimos trabajando juntos.
Fui a un colegio armenio al igual que mis hermanos. Mi abuela que vivía en el segundo piso de mi casa, era profesora de ese colegio, una de las primeras desde que se fundó. Siempre estuve vinculado porque parte de mi familia es bastante activa, esos son mis nexos A medida que el tiempo va pasando, si el idioma no se pone en práctica va costando más El punto más fuerte con lo armenio es cuando viajé a Armenia en el 96 con el colegio, un punto en donde se materializa todo lo que ves en la primaria, en la secundaria; una historia que leés en libros, y ahí lo ves, lo sentís, estando con la gente de ahí.
Pero los recuerdos fuertes vienen de la conexión con mi abuela. Con ella tenía contacto diario, y con ella se hablaba prácticamente solo en armenio. Nosotros vivíamos en el primer piso y ella en el segundo, me preparaba el desayuno y hablábamos en armenio. Ella contaba el escape del genocidio, era muy chica cuando pasó todo, ella; tuvo la posibilidad de estudiar en el Líbano, vino acá como enfermera y trabajó en el hospital británico. Contaba el sufrimiento que tuvo, el de su familia. Tenía un hermano que vivió hasta los noventipico, que vivía solo en el campo en Ezeiza e íbamos los domingos a visitarlo, le llevábamos el diario armenia y ahí estaba con sus gallinas, cuidando su quinta, y nos insistía en que teníamos que leer.
Yo soy argentino, pero convivo con una familia armenia. Cuando era más chico participaba de hacer los huevos rojos en pascua, eso es algo que se mantiene, ya no los pintamos, pero si, nos juntamos en pascuas y después del almuerzo se hace el tradicional juego. No me siento un militante de la causa armenia, de hecho considero que transmito poco lo armenio. Ahora bien, si surge la charla con alguien y le tengo que explicar qué son los armenios y qué pasó, si claro, que se lo explico. De todas maneras, el “ian” lo tengo, y obviamente cuando alguien escucha el apellido sabe que sos armenio, intercambias palabras, (la comida sale siempre) o, por ejemplo, antes hablábamos del Indio. El está al tanto del genocidio y me ha mandado mensajes en alguna fecha, para el 24 de abril, o algún comentario al respecto. Por ahí lo armenio está más ligado a cierta etapa de mi vida. Obviamente soy armenio y celebro tradiciones o conmemoro el aniversario del genocidio.
© “Armenios en la Ciudad de Buenos Aires” de Carlos Iglesias – Rumbo Sur, 2018.