La Asociación Cultural Armenia comienzan con los refugiados del genocidio armenio que llegan a Buenos Aires. Al principio los lugares de reunión iban rotando. En los sesenta nos establecimos acá al lado, en el Bar Viejo Agump, -Agump significa Club- y ahí se hicieron las primeras reuniones de los fundadores de esta institución. Ellos traen consigo todo el bagaje de sus vidas en sus pueblos natales y también traen la organización política. La misma participación política que tenían allá, la trasladaron acá; esta institución está atravesada por esa militancia.
En este lugar confluyen distintas organizaciones bajo el mismo ámbito que es la Asociación Cultural Armenia, tenemos la asociación HOM, que brindó ayuda humanitaria a los sobrevivientes del Genocidio armenio y que hoy presta asistencia social y que, en la ciudad, administra un hogar para adultos mayores; Homenetmen, que es una organización social y deportiva fundada en 1918 para asistir a los huérfanos del Genocidio armenio y que luego siguió desarrollando su tarea en las comunidades del mundo; el diario Armenia; el grupo de jóvenes, que es la Unión juventud armenia, la parte, si se quiere, más vanguardista en términos de salir a la calle a reclamar por los derechos de los armenios; el conjunto Nairí de baile; el grupo scout; el Consejo Nacional Armenio, que tuvo un rol indispensable en el reconocimiento del Genocidio armenio en Argentina a través de la Ley 26.199; el restaurant; y es importante destacar que dentro de la asociación tenemos el colegio armenio de Valentin Alsina, que desde el principio es el colegio de la gente de la institución y, también, de la comunidad, al punto que hasta la década del 90 llegaban micros desde Ciudad de Buenos Aires y desde distintos lugares del Gran Buenos Aires para que los chicos se formen ahí.
Desde la institución bregamos por llevar la causa armenia a todos los escenarios y tratar de dejar la lógica de puertas cerradas que tenía la comunidad. La apertura hacia sectores de la política nacional para conseguir esos objetivos, sin lugar a dudas, tuvo entre sus primeros exponentes a miembros de esta asociación.
El lugar que ocupa la asociación es importante especialmente en el accionar político, ha sido señera en muchas áreas de la identidad política del armenio de la diáspora hasta del armenio de Armenia, desde los símbolos patrios que siempre se enarbolaron acá y que ahora forman parte de la simbología del estado nacional armenio, pero también desde cuáles fueron las luchas y los escenarios que se eligieron para darlas. Tuvo un rol muy importante en lo que ocurrió a partir de 1965 con la lucha por el reconocimiento del Genocidio armenio, desde Argentina se hicieron aportes muy significativos a lo que era la lucha global por el reconocimiento, en la década del 80 el trabajo con sectores de la política de la escena local para el informe Whitaker y que naciones unidas en la comisión de derechos humanos reconociera el Genocidio.
Aquí, dentro de la asociación, entendemos que las actividades culturales son parte de la lucha por el desarrollo de las potencialidades de la cultura armenia, que forma parte del rico mosaico cultural que tiene la humanidad.
© “Armenios en la Ciudad de Buenos Aires” de Carlos Iglesias – Rumbo Sur, 2018.