Tanto mi padre como mi madre eran irlandeses. Él vino en el año 28 y la trajo a ella en el 30; se casaron en la Iglesia San Patricio (a poco de inaugurada), y la fiesta de casamiento se hizo en el Buenos Aires English High School, donde él trabajaba, primero como profesor de deportes y luego de matemáticas. En esa época, los colegios ingleses e irlandeses contrataban a los profesores, que comúnmente vivían dentro del colegio; una costumbre arraigada de la época.
Mi padre funda el Colegio “Saint Ciaran´s College” en 1933. Donde mis hermanos y yo comenzamos nuestros estudios. Nacimos en Caballito, y vivíamos en el edificio del Colegio. En el año 47, por falta de espacio, mis padres nos ponen pupilos, primero en el Colegio San Andrés, a mi hermano y a mí, donde jugábamos al rugby y al criquet. Luego, nos cambian (también pupilos) al Cardenal Newman de los “Christian Brothers”, que estaba situado en la Av. Belgrano; colegio muy apoyado por la colectividad irlandesa, en esa época. En cuanto a mis hermanas, estudiaban en el Colegio Northlands (también pupilas).
De chico, las costumbres de mi familia eran típicamente irlandesas, se mantenía el vínculo con las raíces. Se comía muy temprano… comida irlandesa, el té era algo imprescindible. Se hablaba en inglés (mis padres) y respondíamos en castellano. Se concurría a kermeses de la colectividad, donde se llevaban tortas para vender. Él hablaba gaélico, sólo lo escuché hablarlo dos veces (pues se lo pidieron en una fiesta). Tengo una foto suya de capitán, con una franja que expresa que habla gaélico. Una anécdota familiar era que mi padre tenía que escuchar las noticias que traían cada tanto de Irlanda, ponía la BBC y se hacía un silencio total.
Otro recuerdo importante era su casa en Córdoba, que a él le recordaba el pueblo donde nació (Galway). Decía que era muy parecido, sus ríos, piedras, etc. Todo ello le recordaba su niñez. Vivió hasta los 88 años ahí en Córdoba. No anhelaba Irlanda, mi madre sí.
Uno se arrepiente de no haber hablado más con sus padres, pues ahora tendría un montón de preguntas respondidas. En esa época, no se transmitía mucho de padres a hijos, por el tipo de rígida educación de ésa época. El Colegio San Cirano, tiene una impronta cultural irlandesa, transmitida por sus fundadores y continuada por mis hermanos y yo. Hoy esa cultura se reinterpreta a través de la visión argentina de mis hijos.