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José / El Olímpico
Ciclista hace 53 años, murguero y campeón de rocanrol

“Soy José el olímpico, el tano, el Vellu. Mecánico olímpico de la selección argentina de ciclismo, ganador de la medalla dorada en Beijín, ciclista hace 53 años, murguero y campeón de rocanrol. Pero lo más importante de todo esto es que soy el bicicletero de mi barrio, corazón de Villa Crespo plateado por la luna, rumores de milonga son toda mi fortuna. Barrio tanguero señores, cuna de deportistas y malevos.”

Así se presenta José, un pequeño gigante dentro de su bicicletería El Olímpico. Canta, grita y recita poesía. Su familia llegó al barrio a fines del 55. Italianos con 4 hijos, dos nacidos en Italia y dos nacidos en Argentina. José andaba en bicicleta desde los 6 años por la calle Gurruchaga que era la única cuadra asfaltada del barrio y su camino junto al ciclismo comenzó a esa edad, cuando en una gomería de la esquina de su casa le ofrecieron inflar ruedas a cambio de la propina.

“De aquellas épocas siempre me acuerdo de Don Pedro, Don Mateo, Don Bruno. Los dones eran gente del barrio de toda la vida. Villa Crespo es un barrio muy antiguo. Mi casa paterna es de 1907, una de las más viejas del barrio. Con el tiempo todo se fue modernizando, antes por Luis Viale no pasaba ni el viento y hoy es una calle muy transitada. Igual a mí no me movés de acá ni loco. Yo estuve en Qatar, en Sudáfrica, en Centroamérica, en Asia, en Italia y en casi toda Europa, pero a mí no me sacas de Corrientes y Caning, no lo soportaría, no puedo vivir en otro lugar que no sea Villa Crespo. Acá me hice, acá nací, acá me quieren y acá quiero. Salgo a caminar y tengo que parar a cada rato, ”hola tano, hola olímpico”, es hermoso. Mis raíces y mi sangre esta acá. Todos mis afectos están en el barrio. A mi mujer por ejemplo la conocí en Atlanta ganando un concurso de rocanrol, de los cuales gane 6, bien a lo canchero, porque el petizo que no es canchero, no es petizo! La invite a tomar una Coca y un Paty, porque en esa época eran Patys no hamburguesas. También íbamos a Malcom que era como la parada de la esquina. Fuéramos a dónde fuéramos pasábamos por Malcom. Bailábamos todo, rocanrol y murga. Primero con los Dichosos de Villa Crespo y ahora con Los Mimados de la Paternal. Son mis tres pasiones. Ciclismo, rocanrol y murga. Pero si tengo que elegir una, no lo dudo: soy ciclista. Nací ciclista de competición y voy a morir ciclista de competición. Tengo el numero grabado en la espalda. El ciclismo es mi vida. Vivo de la reparación de bicicletas, no vivo de otra cosa. Vivo de mi local y me encanta. Si no estoy acá adentro no tengo vida. Si no veo a los vecinos pasar y saludar no me queda nada. Si no hablo con el barrio me muero.”

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