A partir de la producción de 8 capítulos para la serie Pueblos Originarios de Canal Encuentro (Tercer temporada) tomamos contacto con comunidades chorotes, nivaclés, pilagás y wichis. Uno de esos episodios tenía epicentro en la comunidad Lapacho Mocho y a John Palmer como referencia. Un caso judicial espinoso, la explotación del petroleo y el auge del desmonte daban un marco potente. Todo ese bagaje sirvió para darle forma a un proyecto que presentamos al INCAA en la línea Documental digital (5ta vía en aquel momento), con el nombre de un wichi preso: «Qatú».
La idea inicial rondaba alrededor del caso y la inminencia de un juicio, ya que el detenido había pasado sobradamente los dos años permitidos de detención sin condena. La vida comunitaria, el registro de la explotación territorial y John harían el resto. Una estructura posible para un presupuesto super acotado.
Un pilar fundamental era repetir el equipo de trabajo. Guido de Paula (Fotografía ADF) y Francisco Seoane (Sonido) habían mostrado un compromiso enorme y un desempeño muy profesional en una serie que se filmó en las peores condiciones: post alud en Tartagal, recorriendo caminos inundados y durmiendo dónde se pudo.
A la espera de la potencial aprobación del INCAA rodamos La Pasarela, un cortometraje en Clorinda, Formosa. Donde probamos la cámara que utilizaríamos en el rodaje de El Etnógrafo. Una Canon 5D Mark II. Las DSRL y su germinal tendencia que iría ganando espacio y sofisticación con el tiempo. La apuesta era la calidad fotográfica a costa del milagroso trabajo de Guido, que casi sin accesorios, filmó una película increíble.
Con muy poco tiempo de diferencia ya estábamos viajando nuevamente a Tartagal.
Dos viajes largos, con la latente espera de un juicio que nunca llegó, y con un nuevo horizonte que se fue develando día a día. El universo de John, su familia, la complejidad de la coyuntura indígena y ya avanzado el rodaje una sana confianza con los protagonistas que fue cambiando el rumbo del proyecto.
La comunicación era fluida. Entre viajes, desde Rumbo Sur colaboramos con la comunidad, con gestiones y trámites (La tierra de Lapacho Mocho había sido usurpada, el pozo petrolero no pagaba la servidumbre de paso, etc). Seguíamos en contacto permanente. Ese conforme de la comunidad se fue consolidando en forma de apertura y disponibilidad.
Prácticamente sin recursos, pero con la certeza de que teníamos en frente una gran historia, hicimos un tercer viaje que resultó tan acertado como increíble.
La experiencia acumulada y el cálido vínculo lograron que se rodaran escenas de gran intimidad, que requieren absoluta confianza y disposición. Un poco de azar y otro tanto de planificación completaron escenas necesarias.
Como está a la vista la labor de Guido fue notoria, y la de Francisco otro tanto. Diálogos casi susurrados captados en las más diversas condiciones, con un nivel de compromiso y aporte único. Pienso en ese diálogo con la madre de John y su insistencia en microfonear puntillosamente la escena.
La notoria sensibilidad y maestría de Ulises había quedado registrada. Luego encontró en un genial y amigo Andrés Tambornino un interlocutor perfecto para editarla.
Con más alegría que dinero seguimos adelante. Participamos de un incipiente Mecenazgo para terminar la post contando con el apoyo y profesionalismo de La Burbuja Sonido y del color de Sebastián Toro y Bruno Fauceglia en Sin Sistema.
Una experiencia intensa, increíble, plagada de historias. Viajes en los que me reencontré con la fotografía —orgullosamente abren la película, con John ojeando Viaje al Chaco Central— y que renovaron fuerzas para futuros proyectos documentales desde Rumbo Sur.
Pablo José Rey
Productor
John Palmer llegó al Chaco Salteño hace mas de 30 años con un doctorado de Oxford, con el objetivo estudiar la cultura wichí. Lentamente su vida se ha ido involucrando en su objeto de estudio y hoy convive con Tojueia, una joven mujer aborigen con la que tiene 5 hijos que balbucean inglés, wichi y español.
Como asesor legal de la comunidad Lapacho Mocho, como parte de la familia ahora, John intenta obtener la libertad de Qatú, un miembro de la comunidad que hace 5 años se encuentra en prisión acusado de abusar de la hija de su mujer.
Festivales:
Marseille, Vancouver, Biarritz, Londres BFI, Viennale, RIDM, Unasur, Tucuman Cine, La Habana, Barranquilla, Rencontres Du Cinéma Sud-Américain À Marseille, Rencontres À Pessac, Culturamérica Pau, Festival De Azores, Havanna New York, EDOC (Ecuador), LASA Film Festival Washington
Premios:
Mejor documental – Cóndor de Plata
Mejor documental – Biarritz
Mejor director / Mejor fotografía – Festival UNASUR
Mejor Película– Festival Tucumán Cine
Mejor documental – MENDOC
Mejor documental Iberoamericano – Festival de Barranquilla
Premio de los estudiantes– Rencontres de cinémas sudaméricain – Pessac
Mención del Jurado – Montevideo
Mención del Jurado – Havanna New York Film Fest.
Mención del Jurado – Festival Azores
Premio al mérito – LASA Film Festival
Mejor guión documental – Argentores (Sociedad de Autores – Arg).
89 min. – Largo Documental – Color – 16/9 – DCP Idiomas: Español. Wichí, Inglés
EQUIPO TÉCNICO
Dirección: Ulises Rosell
Producción general: Pablo José Rey
Director de Fotografía: Guido De Paula
Diseño de Sonido: Francisco Seoane
Editor: Andres Tambornino
Música Original: James Blackshaw
Post Sonido: La Burbuja
Color: Sebastián Toro y Bruno Fauceglia
Reparto: John Palmer, Tojueia, familia Palmer, Roque Miranda, Qa’tu, Estela, Teodora.
Rodado en el Chaco salteño: Tartagal, Lapacho Mocho y Las Vertientes.
Ulises Rosell nació en Buenos Aires en 1970, estudió comunicación en la UBA y dirección en la Universidad del Cine.
Dirigió El descanso (junto a Andrés Tambornino y Rodrigo Moreno), el documental Bonanza (ambos exhibidos en el Bafici ‘01) y Sofacama (película de apertura del Bafici ‘06). Desde 2007, ha realizado varias series para TV, y en 2011 dirigió el corto La pasarela del film colectivo D-Humanos. En 2017 estreno la ficción Al Desierto y en 2021 el Documental López, abordando la vida del fotógrafo Marcos López.